Les presentamos, queridos lectores, a nuestro colaborador Flem Snopes, que de vez en cuando vendrá aquí a despotricar iluminarnos con sus reflexiones.
"Cada vez que leo 'Orgullo y prejuicio' me entran ganas de desenterrarla y golpearla en el cráneo con su propia tibia".
Mark Twain, sobre Jane Austen.
Coincido con ustedes: la cita nada tiene que ver con el tema
que este artículo pretende desarrollar. Pero imagínense por un momento que la
cita es de Fabio Capello, y se lo imaginarán sin dificultades porque podíamos
atribuírsela sin ningún problema en el caso de que hubiese leído Orgullo y
prejuicio, cosa que ignoro. Pero ese es el espíritu: recientemente han
aparecido en distintos medios de comunicación algunas declaraciones de
personajes del mundo del fútbol rajando de la homosexualidad (cuya vacuna está
aún por descubrirse, como todo el mundo sabe, pese a los avances de la ciencia en
este campo) o, más concretamente, de la presunta homosexualidad de algunos
futbolistas. Cierto defensa italiano, capitán en su selección, Balón de Oro y
campeón del mundo (blanco y en botella, Juanito; ya lo canta el Calderón: Como
iba Juanitoooo / pa' estrellarse en el camióóóón...) se ha erigido en uno de los
exponentes homófobos de esta polémica, olvidando que él mismo es un icono gay;
al igual que la perla blaugrana, Leo Messi (Bojan no es ni será nunca la perla
de
La noticia la he visto hoy en el Marca, y de ella se ha hecho eco la prensa mundial. El astro argentino, además, lo confirmó al programa argentino Hat-trick. Poco se sabe (vamos: poco sé yo) acerca de la afortunada: tan sólo que es de Rosario (Argentina) y que, por la foto, debe de medir metro y medio: la altura perfecta para Dennis Rodman, que las elegía además con la cabeza cuadrada para dejar el cubata.